jueves, 20 de septiembre de 2012
El regreso
El 14 de diciembre de 2010,[12] se anunció que la banda se reuniría para el festival Vive Latino del 2011, después de que Hernández y Marcovich dijeran que habían «limado asperezas» y planeado «un palomazo».[13] La idea surgió al conocerse problemas delicados de salud de Marcovich que generaron el acercamiento con Saúl Hernández; lo único que impedía el regreso del grupo con la alineación original eran los problemas entre ambos músicos, pues la relación con los demás miembros era estable.
Posteriormente, Saúl Hernandez y Alejandro Marcovich concedieron una entrevista a un noticiero de televisión diciendo que no planean hacer gira alguna, salvo un par de recitales, el de Vive Latino y otro en Coachella; y que será después cuando decidan si pueden trabajar en más proyectos juntos.
El 9 de abril de 2011, el grupo consumó su reencuentro luego de 16 años con su alineación original dentro de la undécima edición del Festival Vive Latino, ante un estimado de más de 70 mil personas.[16]
El mes de junio de ese mismo año se confirma una gira por Estados Unidos de América y México durante el último tercio de 2011.
En marzo de 2012, Caifanes reanuda su gira haciendo presencia en el festival Cumbre Tajín en Veracruz, el 17 de marzo[17] y luego en el Festival Estéreo Picnic el 30 de marzo en Bogotá, lo cual marcaba su regreso a los escenarios de Colombia tras 17 años de ausencia.[18]
Caifanes decidió hacer una pausa para permitir el avance de las carreras solistas de Saúl Hernández y Alfonso André. La banda retomará su gira a mediados del 2012[
jueves, 13 de septiembre de 2012
Post- Caifanes
Tras la desintegración del grupo, Saúl Hernández se dedicó a recuperarse de un virus de papiloma en las cuerdas vocales,[12] e invitó a Alfonso André a un nuevo proyecto que posteriormente sería lo que hoy es Jaguares. Alfonso, en ese momento se encontraba tocando en La Barranca con Federico Fong (bajo) y José Manuel Aguilera (guitarra) y propone a Saúl incorporarlos a la primera alineación de la banda. Sabo Romo, por su parte, bajo su propia disquera "Mulata Records", editaba un álbum en solitario. Así como su participación en dos álbumes de Jaguares: Bajo el azul de tu misterio y Crónicas de un laberinto. Alejandro Marcovich, mientras tanto, se dedicó a la producción y arreglos en la música de distintos artistas, así como músico de sesión y la grabación de un EP en solitario (Nocturnal). En cuanto a Diego Herrera, fungió como director artístico de BMG Ariola. A partir de 2006, se integró a Jaguares.
El 14 de diciembre de 2010,[13] se anunció que la banda se reuniría para el festival Vive Latino del 2011, después de que Hernández y Marcovich dijeran que habían «limado asperezas» y planeado «un palomazo».[14] La idea surgió al conocerse problemas delicados de salud de Marcovich que generaron el acercamiento con Saúl Hernández; lo único que impedía el regreso del grupo con la alineación original eran los problemas entre ambos músicos, pues la relación con los demás miembros era estable.
Posteriormente, Saúl Hernandez y Alejandro Marcovich concedieron una entrevista a un noticiero de televisión diciendo que no planean hacer gira alguna, salvo un par de recitales, el de Vive Latino y otro en Coachella; y que será después cuando decidan si pueden trabajar en más proyectos juntos.[
El 14 de diciembre de 2010,[13] se anunció que la banda se reuniría para el festival Vive Latino del 2011, después de que Hernández y Marcovich dijeran que habían «limado asperezas» y planeado «un palomazo».[14] La idea surgió al conocerse problemas delicados de salud de Marcovich que generaron el acercamiento con Saúl Hernández; lo único que impedía el regreso del grupo con la alineación original eran los problemas entre ambos músicos, pues la relación con los demás miembros era estable.
Posteriormente, Saúl Hernandez y Alejandro Marcovich concedieron una entrevista a un noticiero de televisión diciendo que no planean hacer gira alguna, salvo un par de recitales, el de Vive Latino y otro en Coachella; y que será después cuando decidan si pueden trabajar en más proyectos juntos.[
jueves, 6 de septiembre de 2012
Toda Buena Historia Tiene Algún Final
Al llegar 1994, Caifanes queda reducido a un trío conformado por Saúl, Alfonso y Alejandro acompañados en el bajo por Federico Fong y en los teclados por Yann Zaragoza.[9] Juntos dan forma al último álbum de los Caifanes, «El nervio del volcán». Se eligen como sencillos las canciones Afuera, Miedo, Aquí no es así y Ayer me dijo un ave. Su presencia en los medios de comunicación creció y es seguida muy de cerca por los noticiarios de MTV Latino para quien realizaron un Unplugged, y donde se documentó el creciente éxito internacional del grupo (por ejemplo, en esos días abrieron el concierto de los Rolling Stones en la ciudad de México y participaron en el festival WOMAD, organizado por Peter Gabriel).
Las crecientes diferencias entre Saúl Hernández y Alejandro Marcovich, llevarían a la disolución del grupo. Con excepción del comunicado de prensa de Saúl Hernández la falta de información de la desintegración del grupo confundio a los fans. Sin embargo, cierta tensión intensa pudo percibirse en la entrevista que la banda concedio a MTV Latinoamérica el 13 de mayo de 1995 durante su gira por Bogotá, Colombia:
Se encuentran sentados Alejandro Marcovich y Saúl Hernández.
- Noticias MTV: «A once años de estar juntos, ¿qué tienen en común todavía entre ustedes?»
- Alejandro Marcovich: «El esqueleto. La cantidad de cromosomas.»
Justo en ese momento, Saúl, quien escuchando a su compañero capta rápidamente el mensaje y mira cara a cara a Alejandro, quien admirado por la respuesta metafórica le pregunta: «¿Qué ves cuándo me ves?», respondiendo Alejandro de forma sarcástica: «Lo mismo que tú». Saúl continua hablando durante la entrevista: «No es que no nos caigamos bien, no tratemos de rebuscar actitudes para mantener el negocio bien. De repente quizás, cuando estamos realmente juntos hay una honestidad muy visceral...»
- Noticias MTV: «¿Ustedes se divierten o sobreviven todavía?»
- Alejandro: «Es una justa combinación entre las dos...»
[10]
Caifanes ofreció su último concierto el viernes 18 de agosto de 1995 en la ciudad de San Luis Potosí, en donde "La Lupita" fue su telonero y pese a toda la cantidad de desmentidos hacia la prensa, el grupo se despidio formalmente de sus fans. Durante este último recital, Carlos Marcovich trataba forzadamente de cerrar la distancia entre Saúl Hernández y Alejandro Marcovich en unos de los momentos más dramáticos de la noche, sin poder aceptar la ruptura del grupo que él mismo ayudó a crear y mientras hacia esto, Alejandro sólo tocaba y miraba al suelo; con los acordes de la balada Sabor a mí en la canción de “Hasta morir” Alejandro se despidio de su público. Según los fans presentes en el concierto, Alejandro no pudo contener las lágrimas mientras tocaba la guitarra. Fue una lucha de egos en la que se llegó a rumorar que Marcovich y Hernández incluso llegaron a los golpes. Esa misma noche, Noticias MTV intento hablar con los protagonistas pero ellos, aludiendo a razones legales, no quisieron hacer declaraciones.
Estilo Caifan
Aunque en un principio la música de Caifanes parecía ser profundamente oscura, densa, metafórica y críptica; la inclusión de «La negra Tomasa» en el repertorio del grupo no era casual: Hernández y Romo tienen raíces en colonias populares de la ciudad de México por ello utilizó el ritmo de cumbia como base. Sin embargo, Caifanes no volvió a apropiarse tan marcadamente de un estilo musical distinto del rock; por el contrario, incorporó elementos de la música popular mexicana en el esquema general de éste.
Si bien en «El diablito» la mayor parte de las canciones puede ser calificada simplemente como rock, las letras comienzan a tomar elementos populares (como la integración total del dicho «De noche todos los gatos son pardos» en la canción homónima) y con La célula que explota se marca en gran medida el estilo clásico de Caifanes: letras demandantes y poéticas y música a caballo entre el rock y la música mexicana. La presencia de Alejandro Marcovich, a partir de este disco se vuelve fundamental en el sonido del grupo, a tal grado que para muchos fanáticos la diferencia principal entre Caifanes y Jaguares consiste en el estilo del guitarrista.
La célula que explota, construida como una balada rock con arreglos de mariachi y marimba, es la primera de una serie de amalgamas. En «El silencio» las fusiones tocan de nuevo la música con una fuerte cadencia rítmica que en México se tilda de «guapachosa» (Nubes, Hasta morir, Para que no digas que no pienso en ti), pero también la banda (Piedra), e incluso aparece una versión de un son veracruzano, Mariquita, donde se combinan las tradicionales jaranas con las guitarras eléctricas de Marcovich. Por último, en «El nervio del volcán» experimentaron con rítmicas indígenas (Afuera), dieron un toque de bolero a las percusiones de Ayer me dijo un ave y construyeron La llorona sobre el vals tradicional del mismo nombre.
Éxito
Tras la desintegración de las Insólitas, cada uno de los elementos se integró a distintos proyectos, Saúl Hernández junto con Diego Herrera estaban planeando un proyecto musical al que denominaron «Caifanes», cuyo significado del término, se deriva del spanglish «Caifán», proveniente a su vez de la deformación de la expresión "me cae fine" (me cae bien).[6] Alejandro Marcovich se unió al grupo de músicos que acompañaron a Laureano Brizuela, mientras Alfonso André se unió de forma temporal a Bon y los Enemigos del Silencio.
Caifanes fue conformado originalmente en enero de 1987 por: Saúl Hernández (voz y guitarra), Sabo Romo (bajo), Diego Herrera (teclados y saxofón), y Juan Carlos Novelo (batería). Su primera presentación fue el 11 de abril de 1987 en Rockotitlán con Jorge «El Gato» Arce (Ritmo Peligroso) apoyándolos en la batería porque Novelo no iba a poder ir. La expectación creada en el underground rockero mexicano fue tanta que mucha gente se quedó fuera del recinto.
Después de su segunda presentación aquel 11 de abril, Juan Carlos Novelo decidió abandonar la agrupación, y en su lugar entró Alfonso André (batería y percusiones). Más adelante, Santiago Ojeda (guitarra) se integró al grupo por un corto tiempo, para luego fundar la banda La Gran Vía, quedando finalmente como cuarteto con Saúl, Diego, Sabo y Alfonso.
Si bien Caifanes era un grupo nuevo, Sabo Romo con sus proyectos anteriores (Cherry, Manhattan, Ruido Blanco, El Método del Ritmo, Taxi, Briseño y El Séptimo Aire) y la anterior banda de Saúl, Alfonso y Marcovich, Las Insólitas Imágenes de Aurora, tenían ya una amplia base de fanáticos.
La explosión de grupos originarios de España y Argentina, y la etiqueta de Rock en tu idioma, hicieron que las casas disqueras comenzaran a dar apoyo a las agrupaciones que llevaban tiempo pululando en los bares y hoyos funky de México.
En 1987, Caifanes comenzó a crearse una base de admiradores, un plus que comenzaron a forjar y que fue adicional al culto que habían provocado Las Insólitas Imágenes de Aurora.
El trayecto no fue fácil; la banda había juntado un presupuesto y tenían en mente grabar un disco bajo el cobijo de algún productor español; lamentablemente, el dinero comenzó a escasear y solo alcanzó para grabar un demo de cuatro canciones. Las canciones elegidas habían sido: Mátenme porque me muero, Nada, Será por eso y Amanece.
El primero de estos temas fue enviado a la extinta estación Espacio 59, en donde se programaban los demos de las agrupaciones que querían darse a conocer y en donde comenzaron a ganarse el gusto del público radioescucha.
La primera parada en una casa disquera fue en la desparecida CBS México, y en donde el director general de aquella casa disquera al ver su aspecto gótico, similar al look post punk de aquella época. El ejecutivo, no tuvo otra descripción de ellos y sus palabras solo alcanzaron para decirles: «Parecen putos».[7]
El gerente de la sucursal mexicana de CBS, escuchó con atención aquella cinta que la agrupación llevó, el trabajo fue de su agrado, pero por su aspecto y tras escuchar el demo de "Será por eso", les negó algún contrato en firme, argumentando lo siguiente —cosa que hasta hoy, Hernández cuenta como anécdota y no lo olvida—: «En CBS, nuestro negocio es vender discos, no ataúdes».[7]
Por un momento el grupo, frustrado de tanta búsqueda, recibió el soporte temporal de CBS pero después recibiría su «carta de retiro». La verdadera oportunidad llegó cuando Ariola convocó a las dos bandas que estaban provocando «eco» en la escena under de la época en la Ciudad de México, a abrir el concierto de Miguel Mateos en el desaparecido Hotel de México (hoy el World Trade Center México) el 31 de octubre de 1987: Caifanes y Neón eran esas bandas.
Lugar en donde, por cierto, se encontraba Oscar López, productor de Miguel Mateos, quién a su vez estaba midiendo el poder de convocatoria de ambas agrupaciones y en donde Caifanes salió triunfante sobre Neón; no vaciló en darles su apoyo incondicional. El resultado fue la grabación de un primer LP bajo la dirección y realización del productor Oscar López, también productor de Mateos.
Caifanes accedió a firmar con RCA Ariola, a cambio de que también Maldita Vecindad firmara y así ocurrió. Para noviembre de 1988 Maldita Vecindad se encontraba grabando en los Estudios PolyGram lo que sería su primer material.
Su primer álbum, Caifanes, salió a la venta en agosto de 1988 y el sencillo Mátenme porque me muero fue su primer éxito, seguido por, Viento, Amanece y Cuéntame tu vida. El también llamado Volumen 1 fue precedido por un EP con tres canciones, producido con la intención de probar la aceptación del grupo entre la posible audiencia; el resultado fue la venta de más de trescientas mil copias y, por lo tanto, la edición del primer LP.
El álbum en sí, mostraba claramente lo que muchos consumidores de rock en México demandaban: verdadero rock. Gustavo Cerati, en aquel entonces guitarrista de Soda Stereo, participó como músico invitado en la grabación del álbum tocando la guitarra en La bestia humana.
En diciembre de 1988, graban en la Ciudad de México el maxi-single La negra Tomasa. Dicho trabajo incluía tres versiones del cóver cubano La negra Tomasa adicionando el tema Perdí mi ojo de venado.
En el verano de 1989, tras llenar dos días consecutivos el Auditorio Nacional —de hecho fue la primera banda de rock mexicano en lograr esto— y teniendo como teloneros a Maldita Vecindad y a Fobia, el grupo prepara canciones para lo que sería su segundo material; temas como Detrás de ti y Antes de que nos olviden ya eran habituales de la agrupación para estas fechas (esta última fue con dedicatoria a los caídos de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968).
[editar] Quinteto
martes, 4 de septiembre de 2012
El inicio de una era
En una presentación del grupo en un bar se encontraba el ex-compañero de grupo de Saúl y Alfonso en Las Insólitas Imágenes de Aurora, Alejandro Marcovich. Hernández tuvo un encuentro con el guitarrista, en donde comentaron asuntos sobre los proyectos de cada uno, (Marcovich se encontraba de gira con el cantante argentino Laureano Brizuela) y Hernández le comentaba el gran peso que le causaba el ser guitarrista y vocal de una agrupación. Por su parte, Marcovich recomendó: «¿Por que no buscas a un guitarrista que te apoye?», a lo que Hernández respondió: «¿Y por qué no tú?».
En septiembre de 1989, el guitarrista Alejandro Marcovich se integró al grupo; su presencia resultó notoria desde un principio y su estilo fue fundamental en lo que comenzaría a ser el sonido de Caifanes.
Con una formación sólida, como quinteto, se dirigió a Nueva York a grabar su segunda placa, de nuevo bajo la dirección de Oscar López en colaboración con Gustavo Santaolalla, Cachorro López y Daniel Freiberg.
El resultado de este trabajo fue el Volumen II, mejor conocido como El diablito (esto se debe a la inclusión de la imagen de un diablo, que recuerda una tarjeta de lotería, acompañado por una leyenda que dice justamente: «El diablito»).
Dentro de esta producción destacan Detrás de ti, Antes de que nos olviden y Los dioses ocultos; también aparece una de las canciones más populares del grupo, La célula que explota.
En septiembre de 1989, el guitarrista Alejandro Marcovich se integró al grupo; su presencia resultó notoria desde un principio y su estilo fue fundamental en lo que comenzaría a ser el sonido de Caifanes.
Con una formación sólida, como quinteto, se dirigió a Nueva York a grabar su segunda placa, de nuevo bajo la dirección de Oscar López en colaboración con Gustavo Santaolalla, Cachorro López y Daniel Freiberg.
El resultado de este trabajo fue el Volumen II, mejor conocido como El diablito (esto se debe a la inclusión de la imagen de un diablo, que recuerda una tarjeta de lotería, acompañado por una leyenda que dice justamente: «El diablito»).
Dentro de esta producción destacan Detrás de ti, Antes de que nos olviden y Los dioses ocultos; también aparece una de las canciones más populares del grupo, La célula que explota.
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