jueves, 6 de septiembre de 2012

Éxito

Tras la desintegración de las Insólitas, cada uno de los elementos se integró a distintos proyectos, Saúl Hernández junto con Diego Herrera estaban planeando un proyecto musical al que denominaron «Caifanes», cuyo significado del término, se deriva del spanglish «Caifán», proveniente a su vez de la deformación de la expresión "me cae fine" (me cae bien).[6] Alejandro Marcovich se unió al grupo de músicos que acompañaron a Laureano Brizuela, mientras Alfonso André se unió de forma temporal a Bon y los Enemigos del Silencio. Caifanes fue conformado originalmente en enero de 1987 por: Saúl Hernández (voz y guitarra), Sabo Romo (bajo), Diego Herrera (teclados y saxofón), y Juan Carlos Novelo (batería). Su primera presentación fue el 11 de abril de 1987 en Rockotitlán con Jorge «El Gato» Arce (Ritmo Peligroso) apoyándolos en la batería porque Novelo no iba a poder ir. La expectación creada en el underground rockero mexicano fue tanta que mucha gente se quedó fuera del recinto. Después de su segunda presentación aquel 11 de abril, Juan Carlos Novelo decidió abandonar la agrupación, y en su lugar entró Alfonso André (batería y percusiones). Más adelante, Santiago Ojeda (guitarra) se integró al grupo por un corto tiempo, para luego fundar la banda La Gran Vía, quedando finalmente como cuarteto con Saúl, Diego, Sabo y Alfonso. Si bien Caifanes era un grupo nuevo, Sabo Romo con sus proyectos anteriores (Cherry, Manhattan, Ruido Blanco, El Método del Ritmo, Taxi, Briseño y El Séptimo Aire) y la anterior banda de Saúl, Alfonso y Marcovich, Las Insólitas Imágenes de Aurora, tenían ya una amplia base de fanáticos. La explosión de grupos originarios de España y Argentina, y la etiqueta de Rock en tu idioma, hicieron que las casas disqueras comenzaran a dar apoyo a las agrupaciones que llevaban tiempo pululando en los bares y hoyos funky de México. En 1987, Caifanes comenzó a crearse una base de admiradores, un plus que comenzaron a forjar y que fue adicional al culto que habían provocado Las Insólitas Imágenes de Aurora. El trayecto no fue fácil; la banda había juntado un presupuesto y tenían en mente grabar un disco bajo el cobijo de algún productor español; lamentablemente, el dinero comenzó a escasear y solo alcanzó para grabar un demo de cuatro canciones. Las canciones elegidas habían sido: Mátenme porque me muero, Nada, Será por eso y Amanece. El primero de estos temas fue enviado a la extinta estación Espacio 59, en donde se programaban los demos de las agrupaciones que querían darse a conocer y en donde comenzaron a ganarse el gusto del público radioescucha. La primera parada en una casa disquera fue en la desparecida CBS México, y en donde el director general de aquella casa disquera al ver su aspecto gótico, similar al look post punk de aquella época. El ejecutivo, no tuvo otra descripción de ellos y sus palabras solo alcanzaron para decirles: «Parecen putos».[7] El gerente de la sucursal mexicana de CBS, escuchó con atención aquella cinta que la agrupación llevó, el trabajo fue de su agrado, pero por su aspecto y tras escuchar el demo de "Será por eso", les negó algún contrato en firme, argumentando lo siguiente —cosa que hasta hoy, Hernández cuenta como anécdota y no lo olvida—: «En CBS, nuestro negocio es vender discos, no ataúdes».[7] Por un momento el grupo, frustrado de tanta búsqueda, recibió el soporte temporal de CBS pero después recibiría su «carta de retiro». La verdadera oportunidad llegó cuando Ariola convocó a las dos bandas que estaban provocando «eco» en la escena under de la época en la Ciudad de México, a abrir el concierto de Miguel Mateos en el desaparecido Hotel de México (hoy el World Trade Center México) el 31 de octubre de 1987: Caifanes y Neón eran esas bandas. Lugar en donde, por cierto, se encontraba Oscar López, productor de Miguel Mateos, quién a su vez estaba midiendo el poder de convocatoria de ambas agrupaciones y en donde Caifanes salió triunfante sobre Neón; no vaciló en darles su apoyo incondicional. El resultado fue la grabación de un primer LP bajo la dirección y realización del productor Oscar López, también productor de Mateos. Caifanes accedió a firmar con RCA Ariola, a cambio de que también Maldita Vecindad firmara y así ocurrió. Para noviembre de 1988 Maldita Vecindad se encontraba grabando en los Estudios PolyGram lo que sería su primer material. Su primer álbum, Caifanes, salió a la venta en agosto de 1988 y el sencillo Mátenme porque me muero fue su primer éxito, seguido por, Viento, Amanece y Cuéntame tu vida. El también llamado Volumen 1 fue precedido por un EP con tres canciones, producido con la intención de probar la aceptación del grupo entre la posible audiencia; el resultado fue la venta de más de trescientas mil copias y, por lo tanto, la edición del primer LP. El álbum en sí, mostraba claramente lo que muchos consumidores de rock en México demandaban: verdadero rock. Gustavo Cerati, en aquel entonces guitarrista de Soda Stereo, participó como músico invitado en la grabación del álbum tocando la guitarra en La bestia humana. En diciembre de 1988, graban en la Ciudad de México el maxi-single La negra Tomasa. Dicho trabajo incluía tres versiones del cóver cubano La negra Tomasa adicionando el tema Perdí mi ojo de venado. En el verano de 1989, tras llenar dos días consecutivos el Auditorio Nacional —de hecho fue la primera banda de rock mexicano en lograr esto— y teniendo como teloneros a Maldita Vecindad y a Fobia, el grupo prepara canciones para lo que sería su segundo material; temas como Detrás de ti y Antes de que nos olviden ya eran habituales de la agrupación para estas fechas (esta última fue con dedicatoria a los caídos de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968). [editar] Quinteto

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